La lámpara de Aladino, sí ilumina.

La hermosa lamparita que me regaló mi tía.

¿Cuántos de ustedes sabían que lámpara de Aladino servía para iluminar? ¿Sí? Pues yo debo confesar que pertenezco al grupo que desconocía esta maravilla.

Siempre me pregunté cómo era que iluminaba esa ollita dorada de la cual salía, tras una humareda, el poderoso genio que le concedía los tres deseos a Aladino. Cosas de niños ¿no? Y pese a que tenía esta duda, nunca me preocupé por indagar sobre esta información, hasta este fin de semana, cuando recibí un precioso regalo de cumpleaños.

Una tía mía viajó hace un par de meses al exótico Dubai. Las razones: formar parte del loable trabajo de una asociación que se dedica a mejorar profesionalmente a los docentes de inglés. Pero... en fin... Me trajo de cumpleaños una hermosísima y diminuta lamparita, al estilo de Aladino. La figurita bañada en color oro vino a dar un toque chic al resto de mis adornos hogareños y despertó nuevamente en mí aquella vieja interrogante sobre su uso. 

Sin mucho esfuerzo, encontré en la web que la lamparita funciona con aceite y que de ella existen muchas versiones desde épocas remotas como el período neolítico superior, cuando las que se utilizaban eran mucho más rudimentarias que la mía, pues, eran hechas de barro.

Aunque según la información que hallé, en el Medio Oriente se tenía preferencia por las velas para iluminar los recintos, la lámpara de aceite es para nosotros, los occidentales, un símbolo típico de esas zonas del orbe.  Pero, para aquellos que también tienen la duda del funcionamiento de este artefacto que más parece una tetera que un objeto que proporciona luz, les explico con esta cita de Wikipedia:

Las lámparas eran recipientes de líquido oleoso que se hacían arder por medio de una mecha. El descubrimiento de la mecha, fibra de material combustible sumergida en grasa, se pierde en la oscuridad de los tiempos (se usaba ya en el neolítico superior). Con este descubrimiento nace la lámpara primitiva, que se reducía a una escudilla de piedra con una ranura para la mecha, hecha de musgo y una empuñadura para la mano lejos de la llama. De este tipo de lámparas se han hallado varios ejemplares del Neolítico. Estas lámparas de piedra siguen usándose por algunos pueblos primitivos como los esquimales aleutas de Alaska, usando como combustible aceite de ballena. 

Se conocen de todas las civilizaciones de la antigüedad y de variadísimas formas destacando por su número y perfección artística en su figura y relieves las griegas y las romanas. Las de barro cocido tienen la forma redonda u oval, con elegante asa y uno o más picos si están cerradas o con los bordes algo doblados u ondulados si son abiertas (siendo éstas generalmente fenicias), pero la de bronce presenta formas ondeadas o prolongadas con variedad de apéndices ornamentales y a veces con incrustaciones de plata u oro estando a menudo dispuestas para la suspensión (lucerna pensil) con cadenillas. Las árabes, pequeñas, de bronce o de barro cocido, se distinguen por su elevación y su pico muy prolongado y ofrecen escaso gusto mientras que las de forma de gran vaso de bronce llevan múltiples adornos arabescos y rematan en cubiertas caladas que se suspenden de lo alto. 

He aquí la muestra de cómo ilumina una lámpara de aceite. 

Y con esto queda resuelta la interrogante, la lámpara de Aladino, sí servía para alumbrar.